Cuando se encienden las pantallas y se apagan los niños/as.
La adicción a las pantallas académicamente no existe, en realidad cuando se da un problema por trastorno de conducta adictiva es a alguna herramienta más concreta, uso de redes sociales, acceso a contenidos inadecuados en internet, adicción a los videojuegos, etc.
No son tantos los casos en los que un uso excesivo de las pantallas termina en trastorno de la conducta adictiva, pero sí que en los últimos años está aumentando significativamente. En la actualidad, el trastorno más estudiado es el trastorno por videojuegos que se ha incluido como entidad clínica en la CIE11. En el ámbito clínico, el conjunto de adicciones que impacta sobre diferentes esferas de la salud del niño (descanso, socialización, emociones, etc.) relacionado con el uso de contenidos en soporte digital (redes sociales, videojuegos, etc.) lo denominan CAI, pero para que se dé, debe existir la presencia psicopatológica. Así se hace necesario que se diferencie entre uso y abuso (a veces de riesgo), y, por otro lado, uso adictivo.
La diferencia entre uso y abuso es cuestión de tiempo. Como familia tenemos mucho que hacer. Quizás ya te estas preguntando cuál es el tiempo adecuado o cómo saber si tu hijo está haciendo un uso abusivo.
La OMS reconoce los riesgos para la salud del uso excesivo de pantallas para los niños y niñas e indica el tiempo de exposición que a su criterio no influye negativamente en la salud: exposición cero hasta los 2 años, una hora al día de 2 a 5 años, y desde los 5 hasta los 17 años, solo dos horas al día.
La Sociedad Canadiense de Pediatría, por indicar otros referentes, establece consejos similares haciendo más hincapié en la revisión de contenidos por parte de los adultos y añadiendo la importancia de establecer límites coherentes sobre el tiempo según en el contenido de lo visualizado, asegurando el equilibrio con un correcto descanso, socialización y actividades físicas.
Según un estudio de UNICEF publicado en 2021, un 33% de los adolescentes estarían desarrollando un uso problemático de internet (redes sociales, videojuegos, etc.) presentando estos niveles de depresión tres veces mayor que el resto de adolescentes, y mostrando niveles inferiores de bienestar emocional, integración social, y satisfacción con la
vida. Este 33% se incrementa significativamente en 3o y 4o de ESO.
La realidad que los educadores y las familias nos encontramos, es que es muy probable que a medida que el niño o niña vaya cumpliendo años, se acerque más a un uso abusivo que al recomendado como no perjudicial. La media de consumo de pantallas en España es de entre 4-5 horas en niños de 6 años y de 7 horas a partir de 12 años. Esto es muy grave si tenemos en cuenta que actualmente se están realizando estudios que arrojan más datos sobre las innumerables desventajas en los procesos de desarrollo en los niños y niñas.
Los efectos secundarios del uso de los dispositivos digitales no son únicamente, por tanto, los ya mencionados. José Luis Arévalo Chiriboga, óptico-optometrista comportamental especialista en visión y aprendizaje y fundador y director de la Clínica Neurovisión, opina que son muchas las contraindicaciones para nuestro sistema visual y que con gran probabilidad repercute directamente en la percepción del mundo del niño/a, sus habilidades sociales y, sobre todo, en sus procesos de aprendizaje. El sistema visual se aprende y se puede aprender bien o mal, según las exposiciones al medio que hagan los niños/as en sus primeros años. El sistema visual bien aprendido es el que va a favorecer el desarrollo del lenguaje y de las habilidades sociales, permite el correcto desarrollo de la atención, concentración y habilidades ejecutivas del lóbulo frontal.
Cuando los niños y niñas se exponen a la pantalla en demasía, sus funciones visuales no hacen el aprendizaje que tiene que hacer. Se sobre esfuerza continuamente una vista de cerca con luz azul, se limita el aprendizaje de la visión periférica, se comprometen las habilidades de seguimiento ocular tan necesarias para la lectoescritura, entre
otras muchas contraindicaciones. La cantidad de niños y niñas con dificultades de aprendizaje va en aumento ascendente en los últimos años y en palabras de Pilar Vergara, una de las optometristas comportamentales más prestigiosas a nivel internacional, al menos el 40% de niños/as con problemas de aprendizaje tienen problemas visuales.
En EducoMontessori International School parte del equipo ha recibido formación de Coordinación de bienestar y protección del menor, cuyo mentor de la formación Guillermo Cánovas, (Director del Observatorio para la Promoción del Uso Saludable de la Tecnología) nos ha dado las claves para detectar un uso abusivo de pantallas.
Existen 10 factores que nos dan pistas de que nuestro hijo/a puede estar haciendo un uso abusivo de las pantallas o incluso que suponga el riesgo de hacer un uso patológico de las mismas y que no son precisamente el tiempo. Cada persona es diferente y a veces, el mismo tiempo de exposición afecta de forma diferente a cada persona. Además, es importante tener en cuenta dos factores que marcaran la diferencia: el rasgo de personalidad y la presencia de los padres.
¿Cómo identificamos entonces que nuestro hijo/a ya está haciendo un uso abusivo que está suponiendo un riesgo en su salud o desarrollo? Tendremos en cuenta 10 factores:
1.- Saliencia: La temática más consumida es la que llama poderosamente la atención en el niño/a, está continuamente centrando todas sus conversaciones, intereses, ropa, etc. en lo mismo de forma muy acusada. Conversaciones muy monotemáticas.
2. Tolerancia: Necesita cada vez más tiempo para experimentar la misma sensación. Siempre quiere más y nunca es suficiente. Por ejemplo, al principio puede parecerle apropiado y satisfactorio 1 hora de pantallas, pero después, a medida que hace un uso continuado, 3 horas le parecen poquísimo y exige más tiempo. Cuando son más mayores (a partir de 11 años) pueden ir buscando contenidos y este factor de tolerancia se refleja en la búsqueda en internet de contenidos cada vez más fuertes.
3.- Modifica el humor: Empieza en casa a mostrarse más hostil, más conflictivo, menos paciente, más exigente, más triste o deprimido, etc.
4. Uso compulsivo: Cada vez que ve el momento hace uso.No puede estar sin hacer nada y deja de hacer cosas para tener más tiempo disponible para el uso del video juego, las redes etc.
5. Anticipación: Fuera de la situación de uso, no se concentra porque ya se anticipa al uso. Por ejemplo, no estar en las conversaciones con sus amigos por pensar en lo que va a hacer cuando juegue al video juego, no estar atento en clase por estar pensando en ello, etc.
6. Falta de autocontrol: Piensa que controla la situación, que controla el tiempo de uso, pero no son capaces. Pueden poner verdadero esfuerzo y decir autoconvencidos de que lo harán y necesitar siempre el estímulo externo del adulto para finalizar.
7. Conflicto: Su uso llega a no permitirle llevar a cabo el día a día con normalidad. El clima en casa empieza a estropearse siempre por la misma razón, pueden llegar a mentir, buscar excusas para no salir de casa, cambia los ritmos respecto a la familia de forma muy acusada (estar mucho tiempo despierto por la noche), etc.
8. Síndrome de abstinencia: Sufrimiento real en el niño o niña cuando se decide eliminar estos estímulos o reducir el tiempo de uso drásticamente.
9. Recaídas: Pueden estar un tiempo respetando y esforzándose respecto a las nuevas propuestas más controladas de uso, pero hay recaídas.
10.Alivio emocional: Su uso abusivo le aporta tanta dopamina y sensación de bienestar que llega a depender de ellas para lograr sentirse bien.
Por tanto, hay que insistir en tener en cuenta que no es el tiempo únicamente lo que nos dice si está siendo más del que puede tolerar, sino el conjunto de otros factores como los descritos.
Cada niño/a es único y sus padres son los que mejor sabrán cómo les afecta en su desarrollo una hora al día o mejor solo una hora los fines de semana. A veces con muy poco tiempo de exposición ya aparecen estos 10 factores a algunos niños/a y a otros niños/as puede ser que les afecte únicamente con muchísimo más tiempo de exposición.
A pesar de todo esto, cuando los niños y niñas crecen, tienen una necesidad de relación social más fuerte, exigencias en sus estudios más acusadas, intereses más fuertes en aficiones, etc. y de forma natural empiezan a autorregularse de forma más responsable, pero en este camino la familia habrá marcado una diferencia muy importante en que así sea.
Se sabe que los niños y niñas de entre 11 y 17 años (es la edad más sensible a las adicciones) hacen un uso abusivo y presentan estos factores de alerta en la infancia y preadolescencia, los que desarrollarán con muchísima probabilidad un uso grave, patológico y que se convertirá en un trastorno de adicción, son aquellos perfiles con un rasgo de personalidad adictiva y niños y niñas cuyos padres y madres no intervienen.
Si quieres conocer algunos tips para educar a tus hijos/as en la prevención y uso responsable de los dispositivos digitales, o estrategias para intervenir cuándo existe ya un uso abusivo de las pantallas en casa, no te pierdas el próximo artículo de nuestro blog.