La dieta digital

En el anterior artículo del blog, hablábamos sobre los efectos secundarios de las pantallas en la salud y el desarrollo de los niños/as, dábamos algunas orientaciones para detectar si están haciendo un uso abusivo de las mismas, ya que había muchos factores o síntomas para tener en cuenta, que podían dar la voz de alarma e incidíamos en que el tiempo de exposición no siempre era el determinante. A veces nos damos cuenta de ello cuando ya existe el problema. En otras ocasiones, los periodos vacacionales pueden hacer que nos relajemos con los límites y necesitemos volver a la rutina. Por tanto, puede que ya sepamos mucho sobre cómo prevenir, pero una vez que tenemos el problema, ¿cómo podemos ayudarles cómo familia? Si quieres ayudar a tus hijos/as en un uso responsable de los recursos digitales, toma nota para hacer “dieta digital” en casa, ya que un acceso correcto a las nuevas tecnologías va a depender, sobre todo, de la educación recibida de los progenitores.

¿Cómo podemos intervenir? Algunos tips son:

Desde muy pequeños evítales en casa la exposición: Es casi inevitable que se expongan a las pantallas, pero cuando son más pequeños las situaciones son manejables y más fáciles. Si no ven su uso no lo piden, si no lo tienen no lo incorporan en sus rutinas, por tanto, cuanto más tarde mejor y cuánto menos mejor.

Foto Inicio La Dieta Digital

El uso de pantallas de forma frecuente les afecta mucho en su desarrollo a diferentes niveles, sobre todo, afecta a la visión, al lenguaje, comprensión de las situaciones sociales, comprensión del mundo real que les rodea, de los ritmos naturales de la vida, etc. Por ello, nuestra recomendación es cero pantallas hasta los dos o tres años, menos de una hora con presencia y contenido de alta calidad (imágenes pausadas, lo más reales posible, nutritivas académicamente, poco estridentes, sin estímulos a modo de refuerzos por su interacción, etc.). Hasta los 6 años y a partir de esa edad ir revisando sus intereses, ser coherentes con el tiempo según el contenido, pero encontrando el equilibrio en que sean muy conscientes de los límites que haya establecidos. Comunicar los tiempos y límites claros según edad le ayuda a gestionarse. Es muy recomendable el uso de relojes visuales para que les ayudemos a controlar el tiempo, por ejemplo, cronómetros, relojes de arena, etc.

Educar con el ejemplo y con coherencia con lo que ocurra en casa: Los pequeños detalles cuentan y los niños/a los perciben, incluso la decoración puede ayudar. Fomenta un sofá mirando a una librería en lugar de a una televisión o al menos restarle importancia a ésta será de gran ayuda, e incluso no tenerla. Tenla apagada siempre y enciéndela con criterio. Haz un uso responsable de las pantallas en su presencia, fomenta la comunicación, el deporte, actividades lúdicas, etc. Si haces un uso abusivo por fuerza mayor, puedes explicarle según edad para qué lo usas (por ejemplo, por trabajo como herramienta) y las diferencias en cómo afecta en tu desarrollo como adulto y en el suyo como niño/a.

Sé coherente con lo que ocurre en tu propia casa, por ejemplo, si como adultos amáis jugar a videojuegos y es una actividad que hacéis en su presencia es lógico que él o ella quiera jugar a videojuegos y el esfuerzo estará en delimitar tiempos, tipos de juegos, etc., pero no tendrá sentido que le prohibáis jugar a los mismos o que nos centremos en una actitud negativista hacia las pantallas.

Una vez que el uso está cada vez más presente:  Conoce por qué nos atrapa para poder prevenirles, conoce los riesgos e informales. Existe una brecha entre progenitores e hijos respecto al uso de herramientas que puede ser que no conozcamos y debemos prepararnos para informarles.

Conocer qué hace que sea tan adictivo y explicar a los niños/as según edad es importante para hacerles partícipes y más conformes con los límites establecidos en casa respecto a su uso. Aunque la tecnología está para ayudarnos, muchos desarrolladores se han encargado muy bien de saber qué atrapa y motiva a las personas para que prácticamente sea la tecnología la que nos consuma a nosotros:

  • Identificar en los juegos sistemas de recompensas continuas que disparan la dopamina y que duplican la necesidad y motivación por los juegos.
  • Identificar en los juegos elementos de estimulación continuada.
  • Juegos que nos permiten cambiar y jugar con la identidad, donde las consecuencias en el juego pasan inadvertidas e imposibles de replicar en la vida real (matar adversarios, ser un superhéroe, etc.) y donde cada día puede ser una persona o personaje diferentes con valores, ética y moralidad distinta.
  • Herramientas que nos monitorizan todo lo que hacemos: notificaciones, tasa cardiaca, número de pasos, listas de tareas, etc.
  • Herramientas que permiten marcar objetivos, popularidad (contabilizan el número de “amigos”, contabilizan likes, seguidores, publicaciones, etc.).
  • Herramientas que nos facilitan el consumo, nos muestra aquello que sabe que queremos ver, que queremos comprar, etc.
  • Herramientas que generan alivio emocional (micro juegos que nos sacan del día a día, short, etc.).
  • Herramientas que nos mantienen conectados socialmente a todas horas (redes, canales de chats, etc.).
  • Herramientas y juegos que hacen que te fidelices con ellos con el objetivo de que no puedas dejar de jugar o acceder (juegos que ofrecen una novedad disponible solo si accedes en 24 horas o pierdes puntos acumulados y similar).

En definitiva, ayúdales a tomar conciencia de usar la tecnología a su favor y no ser consumidos por ella.

Usa la tecnología a tu favor: Muéstrale como hacer búsquedas responsables de contenidos en páginas fiables para sus proyectos o investigar sobre sus intereses u otras herramientas (herramientas de edición de texto, fotos, video, robótica, programación, etc.).

Descarga herramientas de control parental (revisa que sean herramientas que no se puedan saltar). Hay herramientas que le muestran el tiempo que ha estado en cada juego o aplicación, por ejemplo, Android Pie te hace comparativas y puedes mostrarle el número de horas totales a la semana para reflexión conjunta sobre el uso del tiempo de ocio e identificar la herramienta problemática o de riesgo. Las herramientas de control parental son una gran ayuda, algunas tienen la opción de capar contenidos no apropiados para que no salten en la Tablet o para que la pantalla que elijamos no se pueda encender hasta una hora concreta y que se apague a la que desees. También hay opciones para que una herramienta en concreto solo se pueda usar un número máximo de horas a la semana y no se pueda abrir hasta el inicio de la siguiente semana, etc.

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Marca interruptores: Tráele a la vida real, acercarte y pregúntale cada cierto tiempo qué hace, qué ve, etc. Recuérdale poco a poco el tiempo que le va quedando: “han pasado ya 30 minutos, recuerda que te quedan ya solo otros 30”, “han pasado 50 minutos, en 10 minutos tienes que apagar, quedan 5 minutos, ve terminando y cerrando”.

Y si las cosas empiezan a complicarse un poco…. te seguimos dando algunos tips.

Pequeñas metas asequibles:  Puede ser que te veas en la necesidad, por sospecha de un uso abusivo, de querer bajar el tiempo establecido o simplemente recuperarlo tras alguna situación diferente, por ejemplo, tras la navidad, vacaciones, enfermedad, etc. Sea lo que sea, es mejor hacerlo de forma progresiva. Si está dos horas al día y queremos solo una, unos días le daremos una hora y media, después una y cuarto y así hasta llegar a la hora. Si solo queremos fines de semana, podemos empezar día sí y día no, un solo día entre semana y, finalmente, solo en fin de semana.  A veces, en casos extremos, se recomienda cortar el uso de todo a nada. En general, cuando se dan estos casos, el niño/a y familia ya deberían estar siendo atendidos o asesorados por un psicólogo u otro especialista clínico. Nos referimos a situaciones consideradas como trastorno de la conducta adictiva o extremas que suponen un peligro físico o emocional para el niño/a o si estas situaciones son causantes ciberbullying, o en casos de anorexia para que no accedan a páginas pro-anorexia, o en supuestos en que esté accediendo a contenido autolesivo, pornográfico, páginas pro-violencia, etc.

Hacer un listado: Podéis animarle a hacer una lista de cosas que ha dejado de hacer o que están pasando desde que está haciendo un uso de más tiempo de pantallas o de la herramienta conflictiva: dejar de salir con amigos, no querer jugar a nada, tener más peleas con sus hermanos, etc.

Compromisos familiares: Genera motivación por hacer otras cosas con propuestas interesantes. Actividades que puedan ser de su interés, salidas al campo, quedadas con amigos, deportes, juegos de mesa en familia, etc.

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Cuando la situación nos preocupe especialmente, vemos que se dan los 10 factores explicados en el anterior artículo del blog y además la intervención familiar parece no dar respuesta positiva, es importante externalizar a profesionales expertos en la materia, cómo pediatras o psicólogos infanto-juveniles.

Esperamos que este artículo te ayude a reflexionar sobre el uso de pantallas en casa y os anime a practicar una buena “dieta digital” y una educación responsable en el uso de dispositivos digitales. Por nuestra parte y en nuestro ámbito escolar, en el método Montessori no se hace uso de las pantallas como medio habitual de aprendizaje. Hasta los 6 años los niños no disponen de recursos digitales. En Taller 1 (de 6 a 9 años), los niños y niñas pueden solicitar hacer uso del recurso digital como una herramienta puntual bajo la supervisión, orientación y consenso con la Guía Montessori. En el caso de Taller 2 (de 9 a 12 años) sí disponen de un punto TIC con ordenador y Tablet en el ambiente cómo un recurso más que usan de forma puntual para el logro de objetivos de aprendizaje concretos para la adquisición de las competencias digitales establecidas por el Ministerio de Educación.

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Nuestros propios valores como escuela, nuestra mirada continua hacia los resultados arrojados por las diferentes experiencias, la digitalización de la escuela en miles de centros educativos en todo el mundo, así como nuestra  formación continua en Neurodesarrollo y Neurociencia afectiva y nuestra visión como maestras, pedagogas y guías Montessori, nos hacen creer fielmente que la verdadera innovación educativa no son las pantallas sino la humanización de la educación recurriendo a las verdaderas necesidades humanas cómo los referentes que marcan el camino y estas necesidades están muy alejadas del uso de las pantallas en el contexto escolar.  El equilibrio en el uso de estas herramientas como lo que son será lo que marque una normalidad para qué estas se puedan integrar como un recurso más y no sustituyan nunca procesos y recursos fundamentales en la vida de los niños y niñas.

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