Educación emocional en casa, vínculo y autorregulación

En nuestra Escuela de Padres tuvimos como invitada a Alma Serra y con ella pudimos reflexionar durante casi dos horas acerca del concepto de educación emocional y muchos de los temas que están directamente relacionados con este elemento fundamental en la crianza respetuosa.

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Y es que nos enfrentamos a un reto importante debido a la falta de referentes en este camino que estamos recorriendo y al panorama tan complejo en el que estamos inmersos tanto las escuelas que creemos y apostamos por este tipo de educación, como en casa con las dificultades constantes que encontramos para conciliar, para sanar nuestras heridas como adultos y poder acompañar a los niños y niñas como nos necesitan en una realidad en constante cambio y tensión.

Todas estas dificultades latentes no deben empañar nuestro propósito, porque realmente es algo trascendental, algo que sembramos para recoger en siguientes generaciones y es la aceptación de que no podemos educar sin atender a las emociones y sin llevar a cabo los adultos previamente un trabajo personal profundo que nos lleve a amar y acompañar a los niños con calma y con un equilibrio que deje a un lado el paradigma autoritario y también el planteamiento laxo que huye de los límites y otorga a los menores unas capacidades y un poder de decisión que no les corresponde por su momento evolutivo. Poner límites es uno de los mayores actos de amor que existe y es una responsabilidad que debemos asumir los adultos a cargo de los niños.

Aprovechemos todas las cuestiones que nos plantean los niños y niñas para enfrentarnos a nuestros miedos, a nuestras heridas, a las inseguridades que en muchos casos arrastramos desde la infancia, a nuestras dificultades para resolver conflictos y poder así conectar con nuestro yo verdadero y esencial que es el que nos permitirá conectar realmente con ellos y avanzar hacia un mundo más humano y pacífico.

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Algunas herramientas para este camino, además de lo ya mencionado (mirarnos hacia dentro y sanar) y que nos aportó nuestra experta invitada, son claras e imprescindibles, aunque requieren eso sí un poco de tiempo y calma, pues en esto de la crianza basada en el respeto y el amor, ya sabemos que no existen las fórmulas mágicas:

-Volver a conectar con los valores humanos más esenciales y espirituales, como el contacto con la naturaleza y practicar las cualidades de la espiritualidad: meditación, lectura, contemplación, gratitud, ser capaz de conmovernos con la música, la compasión, la cooperación, el sentido humano unitario, etc. Trasladar estos valores es ayudarles a dotar su conducta y acciones de sentido y propósito.

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-Reconocer las emociones en nuestro cuerpo, tener conciencia corporal y para ello será muy beneficioso la práctica regular de deporte.

-Ampliar nuestro vocabulario emocional para poder nombrar cómo nos sentimos, así como ayudarles a que amplíen el suyo, pues será muy difícil resolver lo que no sepan nombrar.

Estas acciones harán que estemos más conectados entre nosotros como familia, en grupo y sociedad y nos ayudará a transitar nuestras vidas con más calma y menos conflictos. Aun así, éstos son también parte de la vida y del aprendizaje, son naturales y podemos tirar de otras herramientas que nos ayuden a regularnos en esos momentos más difíciles, por tanto, en la charla hablamos también de buscar diferentes caminos para poder regularnos y de este modo corregular a los niños y niñas.

En este sentido, Alma Serra nos habla de mantenernos en el conflicto con nuestros niños sí es necesario, sin acudir a soluciones rápidas por miedo o incomodidad. Retirarnos del conflicto a respirar si lo necesitamos, cuándo desde ese trabajo previo y conexión con nuestro cuerpo sintamos que éste nos da esa señal de enfado grande e inminente que finalizará en una posible acción automática, como gritos, por ejemplo, pudiendo reducir así esa sensación de culpa que acompaña a las familias en la crianza.

Un consejo muy valioso es que podremos chequear cómo nos estamos autorregulando en esos conflictos con tres palabras que Alma nos deja para ello: intensidad, duración y frecuencia (cuánto me he enfadado más de lo que quería, cuánto tiempo más de lo que quería he estado en ese enfado o ha durado el conflicto y cada cuánto tiempo sale ese gran enfado, falta de respeto o acción en automático que no deseo).

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Estos son solo algunos de los pasos fundamentales que debemos dar para iniciar este viaje de conciencia y compromiso con la infancia.

Tenemos mucha capacidad para avanzar y hacerlo cada día mejor ¡sigamos comprometidos con la transformación en la relación con la infancia y la forma de educar en las escuelas!